(Fragmento) CAPÍTULO V
Cuéntase costumbres, ritos y ceremonias de estos naturales, y qué cosa era correr la tierra, y qué cantidad de ella, los santuarios y casas de devoción que tenían, y cuéntase cómo un clérigo engañó al demonio o su mohán por él, y cómo se cogió un santuario, gran tesoro que tenían ofrecido.
En los últimos días de estas estas y que ya se tenía noticia de que todas las gentes habían corrido la tierra, se juntaban los caciques y capitanes y la gente principal en la gran laguna de Guatavita, a donde por tres días se hacían grandes borracheras, se quemaba mucho moque y trementina, de día y de noche, y el tercer día en muy grandes balsas bien adornadas, y con todo el oro y santillas que tenían para esto, con grandes músicas de gaitas, fotutos y sonajas, y grandes fuegos y gentío que había en contorno de la laguna, llegaban al medio de ella, donde hacían sus ofrecimientos, y con ello se acababa la ceremonia de correr la tierra, volviéndose a sus casas. Con lo cual podía el lector quitar el dedo de donde lo puso, pues está entendida la ceremonia.
En todas estas lagunas fue siempre fama que había mucho oro y particularmente en la de Guatavita, donde había un gran tesoro; y a esta fama Antonio de Sepúlveda capituló con la Majestad de Felipe II desaguar esta laguna, y poniéndolo en efecto se dio el primer desaguadero como se ve en ella el día de hoy, y dijo que de solas las orillas de lo que había desaguado, se habían sacado más de doce mil pesos. Mucho tiempo después siguió el querer darle otro desagüe, y no pudo, y al n murió pobre y cansado. Yo le conocí bien y lo traté mucho, y lo ayudé a enterrar en la iglesia de Guatavita.
RODRÍGUEZ FREILE, Juan. El Carnero. Caracas: Ayacucho, 2003.
OBJETIVO: Fortalecer la ortografía, comprensión lectora y lógica verbal en los estudiantes.
Actividad de Compresión Lectora
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