Matilde se mantiene firme: Laura, su hija mayor, no va a <<hacer trampa>> para entrar en la universidad valiéndose del programa de acción afirmativa de la escuela. ¿Es que no se da cuenta la niña de que, si quiere llegar a ser algo, tiene que luchar por ello? Matilde fue la primera mujer de su familia en ir a la universidad. Y llegó ahí por sus propios méritos. No había programas de <<acción afirmativa>> cuando ella tuvo que luchar contra la pobreza, las bajas expectativas, los prejuicios y la discriminación, pero ella superó todo y se graduó la primera de su clase, lo que irritó a mas de uno.
<<Pero mamá – se queja Laura -, es una escuela realmente buena, y están facilitando que gente como yo pueda entrar>>. <<!Gente como tú! – explota Matilde – No hay “gente como tú” no como ellos; ¡solo hay gente!>>. Laura pone los ojos en blanco, se levanta de la mesa y se va a su habitación. <<Eres demasiado exigente con la niña – comienza su marido Joaquín - . Ella tiene razón; ir allí le abrirá puertas. Y una vez que entre, tendrá que trabajar igual de duro que los demás para aprobar>>.
<<El problema es – piensa Matilde – que yo tengo razón, pero ellos también>>. El nombre de esta escuela en el currículo de su hija le abriría muchísimas puertas, pero también le parece que es hacer trampa, o, peor aún, admitir que Laura no cree ser lo bastante buena como para competir en igualdad de condiciones con los demás. Ese programa nunca se pensó para una chica como Laura, cuyos padres fueron a la universidad, fue a un buen instituto, recibió siempre estímulo y de la que se esperaba que sobresaliera. Ella estaría ocupando el lugar de un chico o chica que realmente necesitara ayuda extra.
ACTIVIDAD
LA DESIGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARECE SER UNA REALIDAD DIARIA PARA ALGUNAS PERSONAS. PERO OFRECIENDO AYUDA A DETERMINADOS GRUPOS ¿TERMINAMOS CREANDO NUEVOS TIPOS DE INJUSTICIA?
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